Primera emisión de televisión en el Estado español
:: Técnica en TV ::
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En nuestros paises, la televisión muestra lo que ella quiere que ocurra; y nada ocurre si la televisión no lo muestra.
La televisión es la última luz que te salva de la soledad y de la noche, es realidad. Porque la vida es un espectáculo: a los que se portan bien, el sistema les promete un cómodo asiento.EDUARDO GALEANO.
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1947, estamos en el año en el que: muere Manolete, se produce la visita de Evita Perón y se funda la CIA en Estados Unidos. Hacía ya dos décadas que el británico John Logie Baird -el padre de la televisión- había iniciado con éxito sus primeras pruebas experimentales. A estas alturas del siglo XX el Estado español, uno de los pioneros en el nacimiento de la radio, veía con desazón como desde años atrás Estados Unidos, Alemania Gran Bretaña, Francia y otras naciones europeas dejaban definitivamente aparcada la etapa experimental de la televisión para iniciar las emisiones regulares y comerciales.
Juan de la Cierva y Hoces, sobrino del inventor del autogiro (helicóptero), acaba de concluir sus estudios de Bachillerato en 1946 y entra a trabajar en el Laboratorio de Investigación de la Dirección general de Radiodifusión. Objetivo, sacar adelante la primera prueba de televisión desde la sede del laboratorio: el edificio del Paseo de la Habana, en Madrid, el lugar que nueve años mas tarde seria la sede de TVE y desde donde arrancarían sus emisiones regulares. En el equipo al que se suma De la Cierva -apenas 10 personas- se encuentra Jose Lapuerta, que se dedicó casi en exclusiva a las cámaras y que luego se convertiría en cameraman.
Según cuenta De la Cierva: “A mi me toco la parte técnica y me pidieron que diseñara los receptores partiendo de la nada y cuando aún no habia ni siquiera televisión. Todos empezamos a soltarnos probando con el equipo de Fonovisión -una especie de videoteléfono- que Alemania regaló a España en 1938 y que desde entonces había estado abandonado. Logramos poner aquello en funcionamiento. Era un equipo con tubos Telefunken, con zócalos enormes y metidos en cestos de mimbres. Traía además una especie de teatro de guiñol que contaba con unas células fotoeléctricas gigantes, del tamaño de las botellas de sifón de la época, y un transformador para la alta tensión -40.000 voltios- que venía metido en baños de aceite. El aparato no tenia manual de funcionamiento ya que se había perdido, asi que nuestra tarea era simple pero a la vez complicada”.
“Supimos ver dónde iba cada tubo y porque. Poco a poco dominamos el equipo de Fonovision y sus células fotoeléctricas instaladas a cada lado y en la parte superior de ese guiñol. Delante de él se proyectaba una luz con un barrido, un scanner creado en un tubo de rayos catódicos muy potente que la proyectaba y que de esta forma iluminaba a aquel de nosotros que estaba detrás asomando la cabeza en el guiñol. Así, la única iluminación era el barrido y las células fotoeléctricas recogían aquella luz reflejada por el sujeto para crear la señal eléctrica que se amplificaba. El sonido de la voz lo recogiamos con un micrófono”.
De esta forma los miembros del Laboratorio empezaron a “ver algo tangible”, coger práctica, ver señales, formas de onda...
En este trabajo andaba el grupo cuando recibieron el encargo de Luis Guijarro, el máximo responsable técnico del Laboratorio, para desarrollar un sistema de televisión completo, desde el principio, desde cero. Y que, además, dicho sistema no usara ninguno de los estándar que había por aquellos años en otras televisiones que habían empezado a funcionar por el mundo ya que no quería que cuando la española estuviera en marcha otras naciones nos pudieran vender los aparatos, para que las televisiones fueran autóctonas, hechas por la industria nacional.
El Laboratorio del Paseo de la Habana se convirtió en un banco de pruebas del que salieron las primeras cámaras y los primeros receptores, fabricados manualmente por el equipo dirigido por Sperling. Las ideas las tenían bastante claras tras probar con la Fonovision. Aún así y en esa época no era nada fácil hacer un amplificador que tuviera un ancho de banda de varios megaciclos. Se enfrentaban a un problema muy difícil porque "lo único comparable era el audio, cuyos anchos de banda era más bien estrechitos”.
Construyeron dos cámaras. "La primera incorporaba un iconoscopio de Zworykin, que fue su primer elemento. También se diseñó el elemento reflector y las bobinas reflectoras horizontales y verticales. La cámara funcionaba aunque necesitaba una brutalidad de luz para operar”.
“Eran aparatos de unas 14 pulgadas. Se probaron primero en laboratorio para luego hacer toda la parte de radiofrecuencia, la torre para la antena, el transmisor... y probar aquel tinglado con el lastre que suponía no contar con experiencia en transmisiones con el ancho de banda necesario para la televisión”. Esas teles iban a tener 819 líneas. El número no fue fruto ni mucho menos del azar y se sacó tras una serie de consideraciones de tipo práctico.
La primera prueba de una emisión de televisión se realizó con una de las dos cámaras instaladas en la ventana del Paseo de la Habana, con el cabezal óptico de madera y cartón y la electrónica apoyada en un banco de la habitación. El objetivo, el tranvía que pasaba por la calle: “Un blanco perfecto al ser un objeto en movimiento, grande e iluminado. Se veía no muy bien pero se veía. Luego mejoró”.
La primera emisión de televisión, el primer programa, salió al aire al anochecer y duró aproximadamente una hora. Los artistas llamados para aquel histórico momento fueron Angel de Andrés, Carmen Sevilla y Mariluz Galicia, un actor cómico y dos cantantes y bailaoras.
Sin embargo, este éxito fue el principio de la desmembración del grupo que había trabajado en el proyecto creado desde el Paseo de la Habana. “Empezaron a pasar los acontecimientos de una forma vertiginosa. A partir de aquel día comenzamos a perder el control del laboratorio. Apareció un señor diciendo que se hacia cargo de todo y llevó un equipo técnico de ingenieros.
En esos días unos representantes de Philips aparecieron por allí observando que los equipos y aparatos que se fabricaron allí era una autentica chapuza. Se presentaron con un camión en el que traían como regalo un equipo completo de cámaras profesionales que les dejaron sorprendidos."
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